En mi estancia en el Kishinkan conocí a varios practicantes de Aikido excepcionales. Hice una buena amistad con uno de ellos llamado Alexandre Grzegorczyk.
Alex tiene apenas 24 años pero cuenta con un curriculum marcial envidiable: 2º Dan de Yoseikan Budo, 1º Dan en Aikido. Estudió 5 años en la Universidad de Ciencias y Técnica de las Actividades Físicas y Deportivas, además de practicar otras artes marciales desde la infancia. Actualmente es profesor de educación física y deporte.
Alex tiene apenas 24 años pero cuenta con un curriculum marcial envidiable: 2º Dan de Yoseikan Budo, 1º Dan en Aikido. Estudió 5 años en la Universidad de Ciencias y Técnica de las Actividades Físicas y Deportivas, además de practicar otras artes marciales desde la infancia. Actualmente es profesor de educación física y deporte.
Su forma de practicar me sorprendió y me fascinó de inmediato. Fuí su Uke en una ocasión en la que practicábamos jiu-waza (técnicas libres sobre un ataque). Era muy difícil seguir sus movimientos y salir ileso en ukemi, incluso estando en mi punto máximo de concentración me hizo kotegaeshi (giro de muñeca) y mi cabeza se aplastó contra el tatami. ¡En seguida me cayó genial!
Han pasado 8 meses desde ese día. Desde entonces ha estado en Valencia, en mi casa, y hemos practicado juntos. Sus compañeros le llaman "la máquina", mis compañeros del Dojo lo corroboran. Yo creo que será un gigante de las artes marciales.
Alex es francés pero su abuela era andaluza. Gentilmente aceptó ser entrevistado, aunque con reservas por creer que es demasiado joven. Insistí en que aceptara la entrevista y él contestó amablemente con su mejor castellano... y todo lo hizo con extrema madurez.
Abajo aparece nuestra conversación
¡Gracias Alex!
(N.A.- Uke es quien recibe la tecnica)
Alex es francés pero su abuela era andaluza. Gentilmente aceptó ser entrevistado, aunque con reservas por creer que es demasiado joven. Insistí en que aceptara la entrevista y él contestó amablemente con su mejor castellano... y todo lo hizo con extrema madurez.
Abajo aparece nuestra conversación
¡Gracias Alex!
(N.A.- Uke es quien recibe la tecnica)
(N.A.- Ukemi una forma de protegerse al recibir una tecnica)
Alex practicando Aikido
Alex, haznos un resumen de tu recorrido por las artes marciales.
Empecé con Judo a los 7 años y practiqué esta disciplina hasta que cumplí los 11. Me gustó mucho al principio, pero con el tiempo me aburrí. Asistía a todas las competiciones pero la verdad es que no soportaba perder. Cuando entrenaba, muchas veces pisaba los pies o mordía a los adversarios para que no me proyectasen o inmovilizasen. Entonces no entendía muchas cosas de espíritu del Judo y no veía porqué no podía usar Atemi para vencer.
(N.A.: Atemi = golpe)
Después descubrí el Yoseikan Budo, que se convertió en mi segundo hogar… En esta escuela podía utilizar las técnicas de Judo y de boxeo francés que había aprendido, además de el Bokken, Wakisashi, Tanto, Ni Tambo, Naginata, Yari, Jo, Bo..... El principio básico de esta escuela reside en la utilización de la ondulación y vibración de los movimientos para multiplicar su potencia.
(N.A.: Bokken, Wakisashi, Tanto = diferentes tipos de armas)
Asisto desde el primer día. Hace 8 años que sigo a mi Sensei, Jean Luc Dureisseix, un estudiante de Mochizuki Sensei. Encontrarme con este profesor fue un momento muy importante en mi vida. Iba al Dojo cuatro veces por semana y entrenaba en mi casa todos los días.
Hace un año tuvieron lugar algunos cambios en mi vida que me ayudaron a tomar la decisión de venir a vivir a Paris y seguir las enseñanzas de Leo Tamaki Sensei. Desde entonces practico Aikido en el Kishinkan Dojo los 7 días de la semana, a pesar de que haya una hora y media de distancia entre mi casa y el Dojo.
¿El Aikido no ha sido tu primera disciplina marcial... porqué te llamó la atención?
¿Complementa o se diferencia de las otras artes marciales que practicas?
Es cierto que el Aikido no ha sido mi primera disciplina marcial. Lo descubrí a través del Yoseikan Budo. Su fundador, Hiroo Mochizuki había estudiado con Morihei Ueshiba (fundador del Aikido) y su padre Minoru Mochizuki. Minoru Mochizuki Sensei fue, a la vez, un estudiante de Jigoro Kano Sensei (fundador del Judo) y Morihei Ueshiba Sensei. Naturalmente, en una parte del trabajo del Yoseikan Budo se pueden encontrar similitudes con el Aikido. Pero para mí es la parte más difícil. Pienso que el Aikido es la última etapa de la práctica.
Antes de conocer a Leo Tamaki, el Aikido no me interesaba. Me gustaba mucho el combate y pensaba que los practicantes de Aikido no se preparaban para ello.
Durante los tres últimos años mi Sensei me mencionó repetidamente el trabajo de Leo Tamaki y finalmente fui a un seminario de La Rochelle. Fue un encuentro muy interesante, porque descubrí una práctica que completaba las enseñanzas que yo había recibido hasta entonces. Estaba lejos de imaginar que este encuentro cambiaría mi trabajo para siempre. Pienso que ese momento ha sido como un motor en mi vida.
Desde entonces y hasta la actualidad el Aikido completa todas las otras artes marciales que practico. Los principios coinciden.
Sé que te gusta el combate. ¿Por qué te pruebas a tí mismo en combate? ¿Lo consideras parte esencial del Budo?
Cuando era pequeño me gustaba mucho pelear. En el instituto siempre estaba metido en peleas y conflictos, creo que forma parte de mi. En mi familia la gente tiene la sangre muy caliente ¡y yo me encuentro siempre muy tranquilo entre ellos! (risas)
Cuando empecé en el Yoseikan ¡había combate libre en cada entrenamiento! Desde el primer momento he participado en los combates con estudiantes que tenían un buen nivel. Habían muchos competidores interesantes, como el segundo combatiente de Yoseikan en Francia, un campeón de Kempo y el futuro campeón de Yoseikan en la categoría de 90 Kg. Aprendí muchas cosas con ellos. Hubo alguna tarde muy difícil física y psicológicamente hablando, pero fue una buena época. A veces, me gustaría vivir de nuevo esos momentos.
Hace cuatro años dejé mi región para estudiar en la universidad, pero en la nueva ciudad los profesores no me gustaban y no tenía ganas de practicar con ellos. Decidí ir a diferentes Dojos para probarme a mi mismo. Me gustaba mucho intercambiar ideas con otros practicantes.
Pero con el tiempo descubrí que buscaba combatir no para progresar, sino para ganar y probar a los demás que era fuerte. Si alguien me ganaba, volvía a entrenar para retarlo en el futuro, y si eso no era posible continuaba mi camino. Tenía una actitud errónea, porque para progresar ganar no es lo importante ¡y yo solo pensaba en vencer!. Sin embargo en la vida lo importante es intercambiar conocimientos y aprender de las derrotas.
Actualmente considero que me encuentro en un momento de inflexión. Para practicar, evolucionar y progresar. Este año voy a continuar mi viaje por diferentes Dojos para conocer otras disciplinas y practicantes. Pero intentaré que mi espíritu y mi actitud sean diferentes a las que tenía entonces.
¿Si considero la competición parte esencial del Budo? Buena pregunta.... Pienso que si, pero con un enfoque adecuado. Por ejemplo, el combate de competición puede no ser interesante porque tiene muchas reglas. Los contrincantes entrenan para ganar y para tal modifican sus técnicas para sacar partido de las reglas. Con el tiempo se habitúan a combatir con prohibiciones, lo que reduce las posibilidades marciales.
Sin embargo en una pelea callejera, una situación real, se puede golpear partes vulnerables, reventar los ojos, dañar con armas, etc… no hay sitio para los errores.
Los competidores de artes marciales no tienen la costumbre de combatir sin reglas y eso puede ser un problema. Es frecuente que durante mis intercambios con otros practicantes se sorprendan por que no respeto las reglas. Siempre he tenido dificultad con ellas, mi curiosidad me empuja a descubrir lo que se hace más allá.
Otro problema de la competición es el egocentrismo. Muchos se ciegan por la victoria y cuando ganan se refuerza su ego. El ego ahoga el instinto de supervivencia. Los competidores están condicionados por la práctica que utiliza técnicas poco peligrosas, porque en competición se debe prestar atención a la integridad física de los deportistas. El resultado es que muchos de ellos sub-valoran a sus adversarios.
Con esto no digo que su práctica no sea eficaz. Tienen una condición física muy desarrollada y en combate sin armas seria una suerte si sus contricantes saliesen del paso con vida... pero con adversarios que tienen un cuchillo el resultado podría ser diferente.
Pienso que si el trabajo de combate se ejecuta correctamente es muy positivo. En Yoseikan Budo, los estudiantes avanzados practican el Kyohei Randori. Son Randori de “ayuda mútua”. Pero actualmente muchos practicantes trabajan el Kyohei Randori sin saber las bases y piensan en ello como si fuera un juego. Esta actitud hace que utilicen sobretodo el físico, pero lo interesante es trabajar sin fuerza y conservando una buena estructura corporal.
Para este tipo de Randori se necesita mucha experiencia. Los practicantes deben ser capaces de reconocer si la ejecución técnica de su pareja es buena. Deben ser capaces de sentir el trabajo del oponiente para hacer Kaeshi Waza (N.A.: contra técnica). Es un tipo de trabajo que rencuentro con Léo Tamaki Sensei.
Finalmente, creo que existe el combate para testarse a uno mismo. Y es un elemento muy importante para mi camino. Lo necesito para mi evolución. Pero pienso que no es un elemento esencial e indispensable en la práctica.
Alex y Thomas, dos alumnos del Kishinkan
¿En tu experiencia de combate qué disciplina te funciona mejor o es más fácil de aplicar? ¿Son todas validas?
No podría afirmar categóricamente qué disciplina es más fácil de aplicar en combate... Pienso que es una cuestión de sensaciones y entendimiento personal. En todas las disciplinas hay elementos más interesantes y otros que lo son menos. Todas son validas, dependiendo del contexto.
En la época de los Samurai, era necesario tener la capacidad de combatir en cualquier situación. Aprendían muchos métodos como el Ju Jutsu o Ken Jutsu. Si practicas una sola disciplina no debes pensar que es la mejor. Debes ser consciente de sus ventajas y sus límitaciones. Si lo tienes presente se puede convertir en una fortaleza.
Pero los Samurai no tenían el tiempo para coleccionar técnicas de libro. Por eso, la manera de utilizar el cuerpo era lo más importante. La vida es corta y no podían pasar el tiempo aprendiendo técnicas de Bokken, a mano vacía o con Jo. Mover el cuerpo con arma o sin arma tenia que ser lo mismo.
Evidentemente, a ésto se debe unir el trabajo de estrategia y táctica.
Partiendo de mi experiencia en combate, pienso que la manera que tengo de moverme es fruto de los conocimientos que he adquirido. No puedo decir cuál es la mejor disciplina, porque mi cuerpo no está condicionado como el de un practicante de Judo, de Yoseikan Budo, de boxeo u otra disciplina. Mi cuerpo es el fruto de diferentes experiencias y entrenamientos. De esta forma, mi manera de moverme es una expresión personal.
¿Has conseguido alguna vez aplicar técnicas de Aikido en algún combate?
Utilicé una vez un Iriminage Omote y un Koshi Nage en una salida de discoteca. Como acabo de mencionar, creo que lo más importante no son las técnicas utilizadas, sino la forma de mover tu cuerpo y la manera de utilizar los principios del Aikido.
Por tanto el Kake (ejecución técnica) no es lo más importante. Lo es el Kuzushi, el desequilibrio que creas cuando tú tomas la iniciativa (Sen). Sin olvidar el Tsukuri (la estrategia), que es el arte de utilizar la distancia (Ma) y la táctica para obligar al adversario a hacer lo que tú quieres que haga. Si el Tsukuri y Kuzushi son buenos, el Kake también lo será.
Sin embargo mucha gente se concentra en la ejecución de las técnicas, y esto al fin y al cabo no es lo más importante. Es como la imagen del monje que muestra a su discípulo la Luna. Le dice “mira” apuntando el cielo con el dedo y el imbécil mira el dedo. Esta metáfora podría ayudarnos a diferenciar la actitud aceduada de la errónea a los occidentales, a quienes nos gusta descomponer y clasificar todo sin antes comprender su sentido.Se debe trabajar cada elemento por separado para poder ejecutarlos todos de forma conjunta en combate. Sólo así serán efectivos y tendrán sentido.
Alex haciendo Koshi Nage
Sin embargo mucha gente se concentra en la ejecución de las técnicas, y esto al fin y al cabo no es lo más importante. Es como la imagen del monje que muestra a su discípulo la Luna. Le dice “mira” apuntando el cielo con el dedo y el imbécil mira el dedo. Esta metáfora podría ayudarnos a diferenciar la actitud aceduada de la errónea a los occidentales, a quienes nos gusta descomponer y clasificar todo sin antes comprender su sentido.Se debe trabajar cada elemento por separado para poder ejecutarlos todos de forma conjunta en combate. Sólo así serán efectivos y tendrán sentido.
Para lograrlo, la actitud adecuada es no pensar en ninguna técnica mientras la estes realizando. De este modo tu cuerpo se expresará libremente sin prejuicios ni esquemas preconcebidos. Si tu espíritu, es decir tu actitud, se detiene a pensar en detalles el combate termina, se detiene la fluidez. El espíritu no debe pararse en el adversario, la técnica o tu Katana. Tiene que moverse con todo el cuerpo libremente. Este ejercicio es lo que Takuan Soho llama "el espíritu de no pensamiento”.
Eres muy joven, sin embargo tus progresos en las artes marciales son envidiables... ¿qué tipo de práctica aconsejas para progresar deprisa, para mejorar el desarollo del cuerpo?
Soy joven y pienso sinceramente que soy un principiante en las artes marciales. Hace tiempo que decidí dedicar mi vida a la práctica marcial y mis pasiones. Practico siempre que puedo, e intento que sean al menos dos horas diarias.
Realizo ejercicios de Tanren, que vienen del Aunkai y de mi profesor de Yoseikan Budo. Por otro lado me gusta pracricar senderismo y marcha en mi casa y en la montaña. Y además dedico mucho tiempo a diferentes ejercicios que vienen de los Asubi Geïko del Shinbukan y Kishinkan Dojo.
En mi pueblo tengo muchas armas y trabajo con una Naginata de 2.50 metros, una Yari de 2.70 metros, Bo/Jo, Bokken, Ni Tambo, Tonfa, Shuriken…
Oviamente hay días en los que no hay tiempo para practicar en tatami, pero si ponemos interés podemos entrenarnos en cualquier momento si se presenta la oportunidad. Por ejemplo cuando caminamos por una calle muy concurrida podemos trabajar desplazamientos, reducir los movimientos inútiles, no empujar el suelo…
¿Qué profesores y qué disciplinas marciales te han marcado más?
¿Qué te llama la atención de esas personas? ( sé que eres fan de Noro sensei... )
He conocido a profesores muy interesantes. Me ha marcado mucho la potencia de Akuzawa Sensei y el trabajo de la estructura del cuerpo de Aunkai. Se pueden practicar sus enseñanzas en solitario, las sensaciones que se desarrollan son muy interesantes.
El trabajo de Kuroda Sensei es el que más me interesa. Sus movimientos son de una velocidad fulminante y de una efectividad sin paragón. Son a la vez suaves e imperceptibles, por lo que cuando le ves moverse ya es demasiado tarde. Esta sorpresa te transmite una sensación de derrota y peligro, de vida o muerte, que considero muy interesante…
Pero los Sensei que más han marcado mi práctica son Leo Tamaki de Aikido y Jean Luc Dureisseix, mi profesor de Yoseikan Budo. Sin estas peronas no habría conseguido progresar como lo he hecho. Nunca tendré suficientes palabras de agradecimiento, por lo que intento compensarlo intentando estar a la altura de sus enseñanzas.
Finalmente, mencionar que el trabajo de Noro Sensei es el que más me impresiona actualmente ¡me gusta mucho!. No le conozco personlamente, lo descubrí en una demonstración en la Noche de Las Artes Marciales Tradicionales el año pasado. Cuando empezó a moverse pensé ¡es esto!. Su práctica y sus movimientos eran increíbles Me encantaría aprender de su trabajo, y me entristece recordar que muchos practicantes de artes marciales lo han olvidado.
En tu práctica se nota mucho el trabajo del cuerpo de Shinbukan, Aunkai, Kishinkan aikido, Hino Budo. ¿Qué buscas al practicar con estos instructores?
He sido afortunado al conocer a Kuroda Sensei, Akuzawa Sensei, Mochizuki Sensei, Léo Tamaki Sensei y Hino Sensei. Todos tienen diferentes experiencias y trabajos. Pero para mí son complementarios, y cada cosa que he aprendido con ellos tiene un lugar en mi práctica. Únicamente aplico lo que me resulta interesante y que coincide con mi visión actual del mundo marcial. Practicar con estos instructores me ha enseñado mucho sobre mi carácter, mi cuerpo y el mundo que me rodea.
Practicando con Kuroda Sensei
Recientemente has creado un blog. Hay un post que me gustó especialmente, por la apertura y honestidad con la que hablabas sobre tu práctica (Confession d’un pratiquant: entre passion et voie?). ¿Qué buscas conseguir con tu blog?
Hace mucho tiempo que tenía ganas de crear un blog para intercambiar mis experiencias y reflexiones con los demás. Escribir te permite pensar sobre tu propia práctica, lo que buscas en la vida, en tu visión del mundo.
Siempre estoy haciéndome preguntas, como por ejemplo, ¿cómo podemos practicar sin perder el sentido marcial en la época actual? ¿Cómo se puede utilizar el cuerpo de manera más eficaz sin aplicar la fuerza? Actualmente pienso que hay muchos errores por parte de los practicantes y muchas ilusiones fictícias sobre la práctica marcial, por lo que es importante cuestionarse sobre ello.
Además, me apasiona la vida y muchos otros temas. Pensé que sería interesante escribir, intercambiar y reflexiónar con otras personas. Es un ejercício muy difícil y ambicioso, porque soy joven para comprenderlo todo.
Pienso que estamos en una época donde la tecnología y los bienes materiales tienen demasiada importancia. Las personas se encariñan y se apegan a ellos. Sin embargo son bienes efímeros, solo dan una ilusión de felicidad. Creo que debemos reflexionar profundamente sobre el sentido de la vida. Muchos están deprimidos por el trabajo, por la familia… ¿porque?. Aguantamos las rutinas y esperamos que un dia todo se arregle, mientras dejamos pasar el tiempo y no vivimos plenamente. La vida no es fácil, pero es un error dejarla de lado. Tengo la suerte de hacer lo que quiero, de ir adonde quiero. Quiero compartirlo para que quizás alguien lo vea y se atreva a vivir sus sueños. Considero éste el sentido de la vida de una persona apasionada.
¿Te interesaría enseñar artes marciales? ¿Qué disciplina(s) enseñarias?
Si, me gustaría mucho enseñar artes marciales. Cuando vuelvo a mi ciudad mi profesor de Yoseikan Budo me deja compartir y mostrar lo que estudio en Paris. Es una experiencia muy enriquecedora. Me gusta mucho enseñar lo que he aprendido y descubierto en mis ausencias.
¿Qué disciplina enseñaría? ¡Buena pregunta! Enseñaría probablemente el fruto de mi experiencia y lo que haya comprendido del trabajo de los instructores que sigo.
Seguramente un día te veremos dando cursos... ¿te gustaría venir a Valencia si la ocasión lo permite?
Valencia es una ciudad que me encanta. Soy de origen español, por lo que es un destino que aprecio particularmente. Si mi trabajo interesa a los valencianos iré con mucho gusto a compartir lo poco que sé. Y por supuesto, también a aprender.
¡Pues nos veremos pronto Alex!
¡Muchas gracias!
¡Pues nos veremos pronto Alex!
¡Muchas gracias!
Dos recuerdos de una tarde de práctica con Alex y Marie en Paris