En mi reciente estancia en Paris he podido asistir a la primera demonstración europea de la Koryu (escuela tradicional de artes marciales) Araki Ryu.
Fue presentada en la NAMT como un estilo pragmático, basado en movimientos directos. Y es cierto. En los primeros segundos de la demonstración, sin preparación o ceremónia alguna, Elis y su alumno Thanasis entraron en un momento agonizante de combate a vida o muerte.
Entre potentes y agudos Kiai vimos desplegar delante de nosotros lo más parecido a lo que sucedería en primera línea de combate de los samurai. Choques potentes y violentos entre armas largas cómo la naginata, empujones y golpes bajos en todos los sitios prohibidos en cualquier deporte de combate, en medio de gritos de guerra que nos transportaron a una situación entre la violencia y el llanto.
Entre cada kata, los dos participantes se miraban con gran intensidad, asumieron el papel de guerreros de tal forma que no dejaban de mirarse nunca y la tensión hizo que el publico sentiera la electricidad del momento: brotó de dentro de nosotros el miedo y la violencia. A mitad de un enfrentamiento se partió una Naginata como si fuera una galleta y un espectador soltó una risa nerviosa en medio del silencio. Nunca habia experimentado nada así.
Fuera del tatami conocí a Elis Amdur. Es norteamericano y posee el Menkyo Kaiden de la Araki Ryu (licencia total para transmitir la tradición). La primera impresión que tuve fue que estaba delante de un animal hambriento, y que te miraba directamente al cerebro. He podido disfrutar de su compañía y asistir a una clase de introducción a la escuela. Es un hombre erudito en la historia de las artes marciales y trabaja, escribe y estudia sobre el comportamiento humano, especialmente el que se relaciona con la violencia. Su pragmatismo en la vida y sed de aprender parece que se traslada totalmente a la forma de interpretar y trasmitir la Araki Ryu.
Soy alumno del Shinbukan, una Koryu refinada, con movimientos imposibles, estudiados para ser perfectos, para transformar el cuerpo, para usarlo de forma diferente, para desaparecer, para ser más rápido. En la Araki Ryu los movimientos son diferentes, no son pulidos ni bellos, son rudos y machacan el cuerpo, buscan el fallo del oponente a partir del contacto/choque. Cuando fallan las armas se termina en el suelo, con cuchillo, o sin cuchillo. El que está de pie patea al compañero de rodillas. Se roba el arma del oponente para seguir en el frente de combate. Es una escuela que daba herramientas para la supervivencia de los primeros de la fila.
Fue verdaderamente interesante e intenso.
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