Nunca he logrado el estado de
meditación por las vías convencionales: "parar para practicar la
meditación y conseguirlo". Cuando lo he intentado (muy pocas veces para
lograrlo, he de admitir) me ha molestado la sensación de que mi mente no
sabe silenciarse. Sé que esa es la gran dificultad de la meditación,
pero el hecho de no conseguir controlar mis pensamientos me generaba una
gran frustración.
Fue
una gran sorpresa verificar que lo lograba sin algún esfuerzo con la
práctica de la apnea. Me concentraba de tal forma en el fondo del mar
que solo el frío de las horas me despertaba del azul profundo. Descubrí
mas tarde que lo mismo me pasaba con el Aikido...descubrí más tarde que
pasaba con casi todos los Budokas....
:)
...hacia el azul profundo...
...en las puertas del Nirvana...
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