Tengo el billete para ir a ver a Kuroda Sensei y a mi amigo Léo a Paris. Es la segunda vez que tengo la suerte de ir y verles en acción. Como siempre, intentaré retener al máximo todos esos detalles que marcan la diferencia de su trabajo para poder mejorar y progresar en el Budo.
No puedo evitar tener una sensación dispar, entre una gran ilusión y cierto miedo. La parte de la ilusión no es necesário aclararla: ver a mis amigos de Paris, a la persona a quien debo esta aventura en el Budo, entrenar, hacer tonterías en la ciudad de las luces, etc... pero el miedo ... el miedo es comprobar que los compañeros del Kishinkan Paris hayan progresado muchísimo más que yo (lo que es inevitable) y que el trabajo que desarollo aquí no esté a la altura cuando nos reencontremos. Sentir que he fallado de alguna forma. En fin, los miedos se enfrentan y se superan, salir de mi zona de confort y volver a entrenar con los grandes es una oportunidad única que sólo me traerá beneficios y volver a ver a mis compañeros de clase. Además, nada como unas buenas "tortas" para reírse un rato y salir de los esquemas que uno se monta.
Kishinkai Francia (foto Shizuka Tamaki)
A veces estas aventuras me hacen sentir como Goku cuando subió a la Torre para entrenar con el Maestro Karin (el gato del agua sagrada). Estoy seguro que hay toda una generación que entiende perfectamente lo que digo.
:)
Goku y Karin en la Torre
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