Existen muchos tipos de bokken (o más bien dicho bokkuto) disponibles para la práctica del Aikido o del kenjutsu. Unos son finos y ligeros, parecen plumas, otros son mas pesados y burdos. Los hay de diferentes tipos de madera y colores.
Poco a poco entendi que el bokken es como un compañero de viaje. No hay buenos ni malos (aunque los hay desiquilibrados). Lo que quiero decir es que no importa qué color o modelo prefieras, sino el uso que le des en la práctica. En mi caso utilizo normalmente dos bokken: uno en clase más pesado y dificil de manejar, y otro en casa muy ligero, que me prestó Léo. Ambos me ayudan a progresar de forma diferente.
El más pesado me impide ir muy rápido si el movimiento lo desarollo desde la fuerza de los brazos o hombros, porque enseguida el esfuerzo ejercido se nota en la musculatura. Me enseña que se puede usar el peso de la madera para ayudar a desarrollar movimientos con muy poco esfuerzo, a veces se tiene la sensación que empieza a flotar en el aire. Gracias a su peso, en los ejercícios típicos de repeticiones nos damos cuenta si estamos sobrecargando alguna parte del cuerpo.
En este punto la pregunta sería: ¿entonces para qué practicar con uno ligero? Cuando Léo me dejó su bokken me senti muy feliz. Es un objeto de entrenamiento bellísimo y sin duda de alta gama. Su forma por si misma inspira a entrenar... como si de un instrumento musical perfecto se tratara... pero después de pasar la fase boba de mirar el dedo, decidí mirar a lo que apuntaba. Léo no actúa movido por el azar o la casualidad, asi que comprendí sus intenciones y dediqué algun tiempo a entrenar con el bokken delante del espejo. Me doy cuenta que hoy, tras vários meses de entrenamiento todavía no logro hacer un corte perfecto ni totalmente vertical. Cuando quiero hacer un movimiento global, los brazos hacen el trabajo en partes del trayecto y sólo lo percibo porque el bokken es muy ligero y fino. Las armas pesadas te enmascaran los fallos por la inercia del movimiento. Es importante estar atento y así poder sentirlo.
Lo más interesante es descubrir que es mucho más dificil ir deprisa si no usamos todo el cuerpo al unísono. Si fragmentamos el movimiento o solo empleamos la fuerza de los brazos o una parte del cuerpo, sentimos que estamos empujando un globo en aire: vamos siempre más deprisa que él. Es necesario desarrollar movimientos correctos y conjuntos para manejar bien este tipo de bokken e incluso para tener una sensación agradable cuando practicamos.
Para gustos colores
Poco a poco entendi que el bokken es como un compañero de viaje. No hay buenos ni malos (aunque los hay desiquilibrados). Lo que quiero decir es que no importa qué color o modelo prefieras, sino el uso que le des en la práctica. En mi caso utilizo normalmente dos bokken: uno en clase más pesado y dificil de manejar, y otro en casa muy ligero, que me prestó Léo. Ambos me ayudan a progresar de forma diferente.
El más pesado me impide ir muy rápido si el movimiento lo desarollo desde la fuerza de los brazos o hombros, porque enseguida el esfuerzo ejercido se nota en la musculatura. Me enseña que se puede usar el peso de la madera para ayudar a desarrollar movimientos con muy poco esfuerzo, a veces se tiene la sensación que empieza a flotar en el aire. Gracias a su peso, en los ejercícios típicos de repeticiones nos damos cuenta si estamos sobrecargando alguna parte del cuerpo.
O'Sensei con un bokken robusto
En este punto la pregunta sería: ¿entonces para qué practicar con uno ligero? Cuando Léo me dejó su bokken me senti muy feliz. Es un objeto de entrenamiento bellísimo y sin duda de alta gama. Su forma por si misma inspira a entrenar... como si de un instrumento musical perfecto se tratara... pero después de pasar la fase boba de mirar el dedo, decidí mirar a lo que apuntaba. Léo no actúa movido por el azar o la casualidad, asi que comprendí sus intenciones y dediqué algun tiempo a entrenar con el bokken delante del espejo. Me doy cuenta que hoy, tras vários meses de entrenamiento todavía no logro hacer un corte perfecto ni totalmente vertical. Cuando quiero hacer un movimiento global, los brazos hacen el trabajo en partes del trayecto y sólo lo percibo porque el bokken es muy ligero y fino. Las armas pesadas te enmascaran los fallos por la inercia del movimiento. Es importante estar atento y así poder sentirlo.
Lo más interesante es descubrir que es mucho más dificil ir deprisa si no usamos todo el cuerpo al unísono. Si fragmentamos el movimiento o solo empleamos la fuerza de los brazos o una parte del cuerpo, sentimos que estamos empujando un globo en aire: vamos siempre más deprisa que él. Es necesario desarrollar movimientos correctos y conjuntos para manejar bien este tipo de bokken e incluso para tener una sensación agradable cuando practicamos.
Estas reflexiones sobre el uso del bokken ligero son trasladables a la ejecución de las técnicas a mano vacia en Aikido. Hacerlas por la imposición puede resultar facil si tenemos mucho poder fisico, pero es igualmente fácil frenarlas y bloquearlas, incluso sin mucho esfuerzo. Desarrollarlas por la vía de la suavidad y del movimiento global del cuerpo y conseguir un movimiento dificil de detectar y frenar requiere mucho más esfuerzo. Ayuda al fin y al cabo, es lo que buscamos en cualquier budo... entrar en el sendero que nos lleva al principio del camino hacia la perfección. :)
Kuroda Sensei y su hijo, trabajando con bokken muy finos y ligeros.
Aún queda trabajo, puessss
1 comentario:
Muchas gracias por el aporte y también tengo bokken pesado y uno liviano y exactamente como el mensaje el pesado es como un maestro que te enseña a armonizar con el peso y el liviano. Afina la fluidez de movimientos y las posturas. El artículo es pequeño pero de gran contenido y totalmente veraz de alguien que ya lo vivió. Nuevamente gracias por compartir.
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