Han pasado ya dos días desde el seminario de Léo Tamaki Sensei en Valencia. Estuvo lleno de detalles, consejos técnicos, prácticos y también de componente Humano. Sobre estos escribiré pronto...hay mucho que compartir de este encuentro. Puede que haya sido uno de los más ricos para mí a día de hoy.
El seminario coincidió con la apertura del Dojo de Iván García, un instructor de Aikido y alumno de Léo Tamaki, entre otros profesores. Es un budoka experimentado, luchador y con una visión clara de lo que quiere hacer en su camino marcial. Es además una persona alegre y una verdadera caja de sorpresas que hacen que el compartir el tiempo con él sea muy enriquecedor.
El Dojo Kishinkai Almussafes tiene ese aura de proyecto emergente, la fuerza de un brote que inspira la observador atento. Alquilaron un espacio y lo mejoraron: arreglaron paredes, baños, tienen vestuarios, agua caliente... Pero sobretodo, libertad para usar el sitio como les plazca: entrenar más horas para poder evolucionar más deprisa.
Iván y sus alumnos han empezado una aventura, y todo parecen oportunidades. Fue verdaderamente inspirador estar allí y escuchar las opiniones... dónde colocar el Kamiza, un armario imaginario para las zoori, las sesiones de limpieza del tatami, el tendedero provisional improvisado para los keikogi...
Los resistentes del Domingo
El Dojo Kishinkai Almussafes tiene ese aura de proyecto emergente, la fuerza de un brote que inspira la observador atento. Alquilaron un espacio y lo mejoraron: arreglaron paredes, baños, tienen vestuarios, agua caliente... Pero sobretodo, libertad para usar el sitio como les plazca: entrenar más horas para poder evolucionar más deprisa.
Yo, Léo e Ivan
Mientras nos vamos a comer, la ropa descansa
en un tendedero provisional
¡Espero poder observar su crecimiento!
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