14.1.14

Conocerse a uno mismo

Siempre nos comparamos con los demas. Si nos gusta tocar la guitarra hay siempre un guitarrista que es mejor, que hace mas virguerías, que toca más rápido, que tiene las manos más ágiles y que compone mejor. En las artes marciales sucede algo similar. 

Cuando practicaba Kung-Fu había un compañero en clase que tenía tal elasticidad que parecia Van Damme. Literalmente, disparaba patadas en todas direcciones y alturas a gran velocidad. En comparación yo nunca me senti a su altura, y eso me creaba una barrera psicológica para progresar en otras cosas que se daban mejor. Mi profesor tenía una visión muy diferente de mis progresos. Valoró mucho una ocasión en la que rompí (sin querer) una viga de madera de una patada voladora... pero yo no compartia su entusiasmo porque seguia sin tener la envidiable elasticidad de mi compañero.

no todos seremos Bruce Lee

Todo esto para decir que cada uno evoluciona y progresa de forma distinta. Y eso ocurre en cualquier ámbito. A menudo nos centramos en intentar algo que otra persona domina perfectamente y olvidamos que nuestras aptitudes pueden brillar en otro punto, incluso del mismo campo. A veces ser consciente de nuestras limitaciones es más facil que saber donde están nuestras virtudes.

...ejem... 
¿las virtudes de Homer?

¿El esfuerzo-recompensa?
Practicar algo siempre te hará mejor en ello... creo que no hay nada que no podamos dominar con esfuerzo y entrega, por lo que se puede ser excelente en muchas áreas, independientemente de que si poseemos talento natural para ellas. Sin embargo, muchas veces somos demasiado exigentes y no llegamos a esa calidad que admiramos y que tanto perseguimos... desistir no debe ser la opción.

entrenar y entrenar

Conocerse a uno mismo
Es quizás mucho más provechoso e interesante aceptar y reconocer lo que se nos da bien y lo que no. Hacer este viaje y descubrirnos a nostros mismos es una de las metas esenciales del Budo, que acaba extiendiéndose a todos los dominios de nuestra vida, muchas veces sin que nos demos cuenta. 

Ahora miro atrás y repaso mi clase de Kung-Fu: yo pesaba 55 kg y tenia 18 años, todos mis compañeros eran más fuertes, más altos, más graduados, más expertos (entre ellos mi colega de las patadas). Todos pateábamos la viga, pero la rompí yo... Mi profesor ya lo había observado, por lo que comentó con una pequeña sonrisa: "es la entrega". Pero yo solo pensaba en la mala suerte que tenía por no ser tan flexible como mi compañero...

Conocerse a uno mismo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran artículo, aunque hoy en día es difícil conocerse a uno mismo, nunca sabemos como vamos a actuar en diferentes situaciones hasta que no nos ponemos frente a ellas. Existe una manera de conocerse a si mismo potenciar la mente llamada coachin personal. http://www.toquedeluz.es/home/ por si queréis echar un ojo, esta muy bien.