17.2.13

El maravilloso e inevitable paso del tiempo

Van pasando las horas, los días, los meses. Las clases son momentos de la semana de gran disfrute para mi. Hay días que no quedan registrados en mi memoria, pero al pisar el tatami me cambia siempre el humor. Me anima y me devuelve la energía que a veces no puedo sacar de mi interior.

Al final de las clases suelo doblar la hakama sin hablar mucho, no es por nada mistico... simplemente me dá pena no tener más horas para entrenar.



Y el tiempo pasa rápido y constante, como un motor en marcha, no espera a nadie. Hace poco empezamos la aventura en el Artola Gym y de intentar consolidar nuestro grupo de Aikido en Valencia. Hace exactamente un año pasaba los primeros días en casa de Tamaki Sensei, como su uchi-deshi (discipulo al domicilio). Hace poco tiempo Léo fué generoso y plantó algunas semillas en Valencia.

Hoy siento que empiezan a salir algunos frutos. Siento que somos más que el número de personas que alli estamos. Soy verdaderamente afortunado y me siento agradecido y feliz.


Veo a mis compañeros evolucionar con rapidez y constancia. Veo que disfrutan de lo que hacen. He entregado mi primera hakama a Norton y he visto cómo David le ayudaba a atarla. Al final de la clase le enseñé como doblarla.

Puede parecer tonto pero la emoción de pensar en ello hizo que se me humedecieran los ojos.




Gracias a Jordi por las fotos :)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ADORO LER AS TUAS REFLEXÓES~
AS FOTOS SÃO MIMOS... PARA MIM
BJ E OBRIGADA MOMY

Miguel F. Silva dijo...

Obrigado... :)