El ser humano es un ser social. Nuestra casi ausencia de armas naturales en relación a otros animales hizo conveniente la vida en grupo y el compartir experiencias para lograr la supervivencia. A lo largo de la historia de la Humanidad, miles de tribus desarrollaron costumbres y ritos de iniciación. Muchas de esas tradiciones consisten en actos desagradables para nuestra cultura, muchas veces de enfrentamiento y de superación del dolor. Lo que hace que el ser humano encuentre el valor para superar estas pruebas es el espíritu de grupo (no se trata de ser el mejor, como pretenden mostrar en las películas estadounidenses). El espiritu de grupo permite que el valor del todo supere al de cada individuos. Ese plus, lo he sentido este mes.
La magia del grupo puede superar el talento de los individuos
Entre las horas de entrenamiento le comenté a Léo Sensei que había gente con mucho talento en una misma mesa, gente que en poco tiempo había conseguido una gran calidad y madurez en su trabajo. El me simplemente me contestó: "es el grupo".
Lo que nos une es más de lo que nos separa
Ahora entiendo lo que quiso decir. Recuerdo el primer día que visité el Kishinkan en París, recuerdo ese espíritu fuerte en el tatami. No sólo era el profesor el que dinamizaba la práctica, todos se inspiraban, todos se retroalimentaban y creaban un espíritu de grupo que va más allá de la calidad individual, como si de una tribu de guerreros se tratara. En este contexto es más fácil es mejorar, y no parar de hacerlo. Ser parte de ello es una fortuna.
¡Merci Kishinkai!
:)
Parte del Kishinkai en el seminário de verano en Valencia, con Léo y Brahim Sensei
foto Desiderio Ondo
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